Nuestra Patagonia argentina sigue inquietando a turistas extranjeros y a los mismos argentinos. La innumerable cantidad de paisajes muy dispares entre ellos invita a llegar, quedarse, contemplar, conocer su tradición y costumbre.
Hace unos días, de regreso de mis vacaciones en Perito Moreno, Santa Cruz, leí un librito pequeño, escrito por Carlos J. Gradin, el primer topógrafo en descubrir en 1964 las pinturas rupestres plasmadas a lo largo del cañadón del Rio Pinturas. Su relato me persuadió. Hacía solo unos días atrás había tenido la posibilidad de recorrer ese legendario paisaje cargado de historias de nuestros antepasados, y hoy me encontraba redescubriendo detalles explorados por nada menos que Gradin.
Gradin se despoja en su narración de términos científicos para contarnos con palabras simples cargadas de pasión e insistencia sobre su primer recorrido por el cañadón y su asombro al encontrarse con las misteriosas pinturas rupestres.
“Charles” como le decían sus amigos no tardó mucho en volver a Perito junto con un equipo para darle continuidad a sus investigaciones y a ese afán por redescubrir el significado de manos, escenas de caza, y dibujos que aun hoy significan un gran enigma para investigadores.
Durante mi estadía en Perito no hacía más que escuchar relatos sobre los antiguos pobladores de esas regiones, la ciudad cubierta de dibujos propagandísticos que muestran imágenes parecidas a la de la cueva de las manos hacía que a diario ansiará llegar a ellas y verlas con mis propios ojos.
Estando allí, pasando por la estancia ex Los toldos, caminando el cañadón, cruzando el Río Pinturas, luego conociendo el refugio y la cueva pensé varias veces “cuantas pisadas habrían recibido esas tierras” cuantos investigadores curiosos recorrieron ese mismo camino intentando dar una explicación a tan grandiosa expresión artística.
Carlos Gradin expresó en su libro “Recuerdo del Rio Pinturas”: “Uno de los recuerdos más hermosos que conservo de Patagonia está unido al silencio de sus noches estrelladas, al inmenso cielo que como una cúpula invisible contiene las luces de millones y millones de años, recoge cada uno de nuestros pensamientos, los envuelve y los deja volar hasta lo que llamamos infinito”
Hermosas palabras que nos invitan a explorar nuestras tierras y a conocernos.