Afilador

domingo, 25 de julio de 2010

“Afilador,
no abandones tu pedal,
que girando en tantas vueltas
desde alguna puerta
ya te llamarán...”

Tango “El Afilador”


El sábado amanecí como de costumbre unas horas más tarde de lo habitual. Me desperté con el sonido inconfundible de un chifle. Precisamente el del afilador. Un sujeto que se transporta en una bicicleta un tanto extraña llamando la atención de los vecinos por medio del sonido particular de su chifle ofreciendo el servicio de afilar diversos objetos, cuchillos, tijeras, navajas etc.
Hacía tiempo que no escuchaba ni veía a este sujeto que representa una actividad casi extinta por estos tiempos. Y de verdad además de poseer en casa un cuchillo incapaz de hacerle daño a alguien, me saco de la cama la curiosidad de ver nuevamente al “afilador”.
Mientras el Sr. Afilador amuraba su bicicleta y preparaba la polea para hacer mover la piedra afiladora, conversamos y hasta compartimos unos mates.
Hablamos del clima, de los mates y obviamente de su oficio.
Lamentablemente como me suponía el muchacho me comentó que ya casi no existen los afiladores, que apenas se los ve por la calle y que las nuevas tecnologías los han despachado de a poco.
Hasta llegó a comentarme que “dominar los secretos de un buen afilador no era tarea para cualquiera”.
El oficio de afilador surgió en la provincia española Orense. Allí las familias campesinas encontraron una forma de vida digna que significó la migración hacia otros continentes en busca de nuevas esperanzas y progreso.
Hoy ya solo quedan unas cuantas “chispas” de este noble oficio del “afilador” remembranzas de mi niñez y de una cultura que no debería extinguirse.


Comments

No response to “Afilador”
Post a Comment | Enviar comentarios (Atom)

Publicar un comentario